Guía práctica para disfrutar de Lisboa con niños. La capital portuguesa tiene un montón de actividades para los más pequeños. Desde sus parques hasta su imponente castillo, pasando por un viaje a través de la historia en sus tranvías.
Lisboa es una ciudad perfecta para disfrutar unos días con niños. Es segura y acogedora, además de gozar de buen clima durante todo el año.
Se puede recorrer fácilmente a pie, aunque es muy difícil resistirse a la tentación de subirse a alguno de los tanvías o elevadores, y además ofrece de numerosas actividades especialmente pensadas para los pequeños, tanto al aire libre como en espacios cerrados.
No hay que perder de vista que en la mayoría de monumentos y lugares de interés turístico los niños entran gratis o con importantes descuentos.
¿Qué hacer con niños en Lisboa?
Alfama con niños
Uno de los sitios históricos que toda la familia disfrutará es el Castillo de San Jorge, el fuerte que supieron utilizar los moros durante su ocupación. El paseo entre almenas y murallas permite imaginar historias de valientes caballeros. Además, desde allí, y entre cañones, se aprecia una de las mejores vistas panorámicas de Lisboa.
Para llegar es necesario subir al punto más alto de la ciudad. No es imposible hacerlo a pie y con tranquilidad aunque la opción más fácil es utilizar el tranvía 28.
Parques en Lisboa
En el Jardín Zoológico, por ejemplo, verán elefantes, una aldea de monos, leones, tigres, cocodrilos y un espacio con varias especies de reptiles. Se puede asistir a un espectáculo de delfines, a la alimentación de los leones marinos y subir al teleférico.
El Parque de Monsanto, por otra parte, es un verdadero pulmón de la ciudad que ofrece diversión para toda la familia, con circuitos pedestres, deportes radicales y varios parques infantiles, como el Parque de los Indios, el Parque de Alvito o el Parque de Serafina. Para gastar energía en los columpios, toboganes y otras diversiones.
Que ver en el Parque de las Naciones
En el lado oriental de la ciudad se encuentra el Parque de las Naciones, una zona ajardinada donde se pueden alquilar bicicletas o dar un paseo en telecabina. El Pabellón del Conocimiento es un museo de ciencia bastante divertido e interactivo y el Oceanario, el más grande Europa, encontrarán una enorme variedad de especies que se recrean los diferentes océanos del planeta.
Y si prefiere un espacio más resguardado, hay muchos museos que pueden cautivar a los más pequeños. El Museo de la Marioneta es uno de ellos. Instalado en un antiguo convento, es un espacio lleno de sorpresas. O los Museos de las Comunicaciones y de la Electricidad, con aplicaciones multimedia y otras más sencillas, para aprender cómo era la comunicación antes de que existiesen los ordenadores y los móviles, en uno de ellos, y cómo se transformó la ciudad con la llegada de la luz eléctrica, en el otro.
Paseo por Belém
Belém es un barrio que les encantará. En la visita a la Torre de Belém, desde la cual los navegadores portugueses partieron hacia sus grandes viajes por los océanos en los siglos XV y XVI, se puede buscar el rinoceronte escondido en la fachada y disfrutar jugando en el gran jardín con césped que tiene delante. Mientras los niños corren, los más grandes pueden descansar y apreciar el río Tajo.
También se pueden pasar buenos ratos descubriendo los continentes en la rosa de los vientos gigante junto al Monumento de los Descubrimientos o en el Museo de la Marina, que tiene las réplicas de las embarcaciones utilizadas durante los Descubrimientos y muchos instrumentos náuticos.
Justo al lado, en el Planetario Calouste Gulbenkian, hay sesiones diarias para conocer todo sobre el cielo, las estrellas y las constelaciones.
En este barrio se encuentra el Museo de las Carruajes, el más visitado en todo Portugal, con ejemplares de los siglos XVII, XVIII y XIX que deslumbran. No se puede abandonar el barrio sin probar los originales pasteles de Belém. Su receta es secreta pero su tienda puede visitarse, no solo para comprarlos sino también para observar cómo se fabrican y disfrutar de su particular decoración.
Cerca de Lisboa
Para aprovechar por completo el aire libre y la proximidad del océano Atlántico, no hay nada mejor que un día de playa para jugar en la arena o un paseo por la costa. Camino a Cascais, pasando Algés, se puede visitar, además, el curioso Acuario Vasco da Gama.
Para un día diferente, al norte de Lisboa, en un centro comercial de Amadora, Kidzania es una ciudad construida para los niños, en la que estos pueden ser lo que quieran, pintores, médicos, periodistas o fotógrafos, e incluso hay una moneda propia, los Kidzos, que pueden utilizar dentro del recinto.
Paseo en barco en Lisboa
Para los niños también puede ser divertida la experiencia de ver la ciudad desde un barco. Se puede tomar alguno de línea regular que hace la ruta entre el centro de Lisboa y las localidades de la orilla sur del Tajo (la ruta de Cais do Sodré a Cacilhas, por ejemplo). Otra opción son los autobuses anfibios en los que se recorren las calles de Lisboa y luego se pasea por el río sin necesidad de cambiar de vehículo.
De compras con niños
Nada mejor que perderse por las calles de esta ciudad y dejarse sorprender por las diferentes ferias y mercadillos. Hay muchos y muy variados, la más popular es la Feira da Ladra que se realiza al aire libre y en la que se pueden encontrar gran variedad de antigüedades y objetos de colección.
LX Market es un antiguo recinto Industrial en el barrio de Alcántara recuperado como una factoría de innovación con talleres de diseño y artesanía, tiendas y espacios gastronómicos. Se encuentra al lado del puente 25 de Abril, uno de los más importantes junto al Vasco da Gama, por lo que es ideal para continuar el paseo por el muelle disfrutando del paisaje.
