Descubrí la ciudad de un punto de vista diferente. Conocé los miradores de Lisboa y disfrutá de las mejores vistas de la capital portuguesa.
Conoce la ciudad desde un ángulo diferente. Obtén las mejores panorámicas y observa cosas diferentes a las que puedes ver al caminar por sus calles. Desde las alturas, el paisaje urbano puede ser tan evocador como la propia naturaleza.
La capital portuguesa es popularmente conocida como la ciudad de las siete colinas. São Jorge, São Vicente, São Roque, Santo André, Santa Catarina, Chagas y Sant´Ana eran por entonces las siete colinas sobre las cuales se asentaba Lisboa, visibles desde el estuario del Tajo. Frei Nicolau de Oliveira, en el siglo XVII, se refirió a ellas en el Libro de las grandezas de Lisboa.
Podrían haber sido los romanos los que viesen en Olisipo una estructura geográfica similar a Roma y evocasen la leyenda de las siete colinas que rodeaban la ciudad romana cuando fue fundada. Aunque se habla de siete elevaciones lo cierto es que encontramos más en la ciudad, como la de Graça aunque cuando se contempla Lisboa desde el río queda cubierta por el castillo.
Con muchas subidas y bajadas, las siete colinas convierten a Lisboa en una ciudad única que merece la pena descubrir.
Desde las alturas, otra forma de mirar
Mirador de Santa Lucía
Junto a la iglesia que lleva su mismo nombre se encuentra este mirador, uno de los más famosos de Lisboa. Se reparte en tres plataformas colocadas en distinto nivel, con pérgolas, asientos y bellos jardines.
Es una parada obligada para descansar tras las subidas empinadas por las calles de Alfama mientras se disfruta de la vista de los tejados del barrio, el Tajo, el Panteón Nacional y el Monasterio de São Vicente. Otro detalle que lo hace encantador son sus azulejos del siglo XVIII, uno de los paneles representa la Plaza del Comercio antes del terremoto de 1755 y el otro la toma del castillo de San Jorge por los cristianos.
No es uno de los miradores más altos, pero si de los más acogedores, situado encima de lo que fue en su día parte de la muralla árabe.
Mirador de San Jorge
Desde dentro del castillo se obtienen fantásticas vistas panorámicas de la ciudad, por este motivo es que se emplazó esta fortificación en primera instancia.
Fue construido a finales del siglo XVIII, pero las murallas que lo soportan datan del siglo XIV. El nombre con el que actualmente se lo conoce le fue dado por el rey João I tras la conquista de la ciudad a los moros. Como estaba casado con la princesa inglesa Filipa de Lancaster, decidió ponerlo bajo la protección del santo patrón de Inglaterra.
En el interior destaca el museo, donde se puede ver la historia de Lisboa, y la Torre de Ulises, el legendario fundador de la ciudad que da nombre a la antigua Torre del Tombo donde un periscopio permite observar la ciudad en 360º en tiempo real.
Sus cañones apuntan hacia el río, en un desafío eterno a quien ose invadir la ciudad. Su mirador fortificado se asoma con descaro a la Baixa, al Barrio Alto y al río Tajo.
Mirador Puerta del Sol
Ubicado en el barrio de Alfama, muy cerca del Mirador de Santa Lucía, es uno de los más populares entre los turistas al encontrarse dentro de la ruta que recorre el tranvía 28.
Desde aquí se puede contemplar todo el barrio, de origen árabe, con el Tajo de fondo. La plaza que se encuentra junto a él cuenta con cafeterías con terraza, una buena opción para hacer un alto en el camino y tomar fotos.
Se puede llegar además en el tranvía 12.
Mirador de San Pedro Alcántara
Se trata de uno de los miradores más amplios y más visitados. La vista desde allí abarca el este y norte de la ciudad, desde la zona moderna de Marques de Pombal, hasta la iglesia de San Vicente Fora, Castillo de San Jorge o la Catedral.
El origen de este mirador se remonta a la época de João V, que puso en marcha un proyecto para ampliar el Aqueduto das Aguas Livres. Como este no se concretó Pedro V convirtió el terreno en un jardín a dos niveles.
El mirador forma parte de un jardín bellísimo con un quiosco en el cual se pueden comprar refrigerios. No hay que perderse el original mapa en azulejos que identifica algunos de los lugares más icónicos que se pueden observar desde allí.
Se puede llegar a él de manera simple por el Elevador de la Gloria (está justo al lado del ascensor), el funicular que parte desde la plaza de los Restauradores. Otra opción es caminando desde el Chiado o el Barrio Alto por la rua da Misericordia y la de San Pedro Alcántara.
Mirador de Gracia
Está dedicado a la poeta Sophia de Mello Breyner Andersen, que de hecho es el nombre oficial del mirador. Se encuentra en un pequeño jardín junto al Convento de Nuestra Señora de Gracia. Situado al lado de la colina del castillo, la vista desde aquí permite reconstruir a la historia de la capital portuguesa.
La sombra de sus árboles permite descansar en los días más calurosos, y en su quiosco se consiguen bebidas a precios muy asequibles.
Para llegar basta con tomar el tranvía 28 hacia Graça Tras la visita aprovecha para recorrer el barrio, que si bien no es uno de los más monumentales, es de los que mejor conserva el alma lisboeta en sus calles.
Mirador de Santa Catarina / Mirador de Adamastor
Conocido por los lisboetas como Mirador de Adamastor, es uno de los más animados durante todo el día y la noche. Es frecuentado por los jóvenes para ver la puesta de sol. Tiene un ambiente único con música, donde charlar y tomar un refrigerio hasta tarde.
Le debe su nombre a la estatua de Adamastor, un personaje mitológico creado por el poeta portugués Luís de Camões en su epopeya Os Lusíadas, un símbolo de las fuerzas de la naturaleza a las que los navegantes portugueses debían vencer durante sus descubrimientos. Con este se hace referencia al Cabo de las Tormentas, es como se llamaba el Cabo de Buena Esperanza, donde tantas carabelas naufragaron.
Las vistas desde aquí son deslumbrantes, y abarcan el estuario del Tajo, el puente 25 de Abril y los tejados de Sao Paulo.
Se encuentra en el Barrio Alto y para acceder a él basta con subir por el Elevador da Bica y bajar la Rua Marechal Saldanha.
Luego de contemplar las esplendidas vistas puedes adentrarte en las callejuelas del Barrio Alto y disfrutar de sus tabernas.
Mirador Señora del Monte
Este es uno de los mejores mirados, situado en la colina más alta, con lo cual ofrece unas vistas impresionantes. Casi místico en su tranquilidad, es un espacio perfecto para relajarse y contemplar la ciudad.
Aquí fue donde el primer Rey de Portugal instaló el campamento para la conquista de Lisboa. Cerca del mirador de Graça, su forma de escenario es una platea privilegiada para observar la capital.
A la izquierda está la iglesia de Graça, las casas del Castillo y el majestuoso castillo de San Jorge. Al fondo el mar y el estuario del Tajo iluminan los tejados de la Baixa, las ruínas del Carmo, el verde de Monsanto y los colores pastel de las Avenidas Novas.
Además es casi seguro que encuentren pocos turistas aquí porque es un poco difícil llegar Debes enfrentar la empinada cuesta que te lleva hasta allí por Rua da Senhora do Monte), pero el esfuerzo habrá merecido la pena
Mirador del Parque Eduardo VII
El mirador del parque Eduardo VII ofrece una vista amplia sobre el valle que conduce a la Baixa de Lisboa. Podrás observar la estatua del Marquês de Pombal y a Avenida da Liberdade, el río Tajo, en la orilla sur y, en días de buena visibilidad, la sierra de Arrábida.
También están aquí el monumento al 25 de Abril creado por el escultor João Cutileiro, y una bandera nacional impresionante. Vale la pena pasear por los jardines, del arquitecto Keil do Amaral, y apreciar los dos paseos en calzada portuguesa que reciben a la Feria del Libro de Lisboa todos los años. Siéntete un poco portugués en este punto desde donde puedes observar lo mejor de Lisboa.
Mirador de Penha de França
Este es uno de los miradores de Lisboa menos conocidos. Aprovecha la tranquilidad para inspirarte con sus vistas y sacar fotos únicas.
Queda junto a la Iglesia de Nossa Senhora da Penha de França, que comenzó a construirse en 1597. Esta fue completamente arrasada en el terremoto de 1755, aunque la leyenda cuenta que la imagen de Nuestra Señora sobrevivió incólume a la catástrofe.
Las vistas del mirador muestran otro lado de Lisboa, uno menos conocido, donde destacan la zona del Alto de São João y los barrios de Olivais, Chelas y Marvila.
Mirador de Torel
La colina Sant´Ana cubre un área que va del Campo Mártires da Patria hasta la Plaza da Figueira. En esta elevación está el mirador de Torel, dentro de un elegante y pequeño jardín con preciosas vistas sobre la ciudad.
Catarina de Bragança, viuda de Carlos II de Inglaterra, se instaló en esta zona por lo cual hay varios palacios del siglo XVII. Su residencia fue posteriormente utilizada por otros reyes de Portugal y de esta forma se elevó el estatus social de la colina.
El Jardim do Torel data de principios del siglo XVIII y debe su nombre al juez Cunha Thorel, el propietario más rico de la zona.
En enero de 1928, la tierra del palacio fue transferida al Ayuntamiento, que construyó el mirador, desde donde se tiene una vista impresionante de la parte occidental de Lisboa. Se puede observare Avenida da Liberdade y la colina de San Roque – donde está el mirador de San Pedro de Alcântara.
Se encuentra junto a la playa urbana y tiene un quiosco y un parque infantil. Se accede a este espacio original a través del ascensor de Lavra o de rua do Telhal. Durante el día tiene mucha sombra y por la noche al poseer un buen alumbrado público es un buen punto de interés panorámico.
Telecabina Lisboa
La Telecabina del Parque de las Naciones se eleva 30 metros sobre el Taja proporcionando un paseo sin igual. La Estación Sur está situada en el Passeio de Neptuno, y la Norte, en el Passeio das Tégides, cerca de la Torre Vasco de Gama.
Posee 40 cabinas para ocho personas cada. El recorrido es de 1230 metros sobre el río y dura entre ocho y doce minutos.
La Telecabina del Parque de las Naciones fue inaugurada durante la Exposición Universal Expo 98.